¿Quieres solicitar un Crédito Hipotecario para comprar una casa, pero la solvencia económica que puedes demostrar no es suficiente? Este es uno de los principales obstáculos para encontrar el financiamiento que necesitas, pero hay una alternativa que soluciona el problema: hacer la solicitud del crédito con otra persona.
Esta es una práctica 100% legal que consiste en repartir los deberes y derechos con alguien más, llamado codeudor hipotecario. De esta manera, pueden sustentar una renta líquida mayor entre ambos y conseguir la aprobación del préstamo.
Ahora, ¿cómo funciona este trámite y a quién le puedes pedir que sea tu codeudor? Encuentra a continuación los detalles para que aproveches esta oportunidad.
¿Cómo complementar renta para Crédito Hipotecario?
A la hora de solicitar un Crédito Hipotecario, los requisitos pueden variar de una entidad a otra. Sin embargo, hay algo en lo que todas coinciden y es la importancia de que puedas demostrar una renta mínima. Esto garantiza que serás capaz de afrontar el compromiso de pago a futuro.
Por supuesto, la renta mínima no es igual en todos los casos, porque dependerá del financiamiento que necesites. Si quieres comprar una vivienda de UF 2.000, tendrás que demostrar una renta de aproximadamente $1.100.000 líquidos.
Entonces, ¿cómo complementar renta para Crédito Hipotecario? Siguiendo el mismo ejemplo, y suponiendo que ganas $700.000, puedes ponerte de acuerdo con otra persona cuyo salario complete el monto requerido. En este caso, $400.000.
Requisitos para ser codeudor hipotecario
Legalmente, no existen limitaciones sobre quién puede ser codeudor y quién no, ya que no se habla de vínculos consanguíneos o de excepciones. Sin embargo, las entidades financieras se rigen por políticas internas y lo normal es que, para mayor seguridad de los involucrados, admitan la renta complementada solo en los siguientes casos:
- Cuando el comprador gana $400.000 (o más), tiene la opción de complementar con su cónyuge, un tercero con hijos en común o un familiar directo (ya sea padre, madre, hermanos o hijos).
- Si el comprador gana menos de $400.000, puede complementar con su cónyuge o un tercero calificado.
Para ser un codeudor calificado, se debe contar con la renta suficiente para completar el mínimo que el banco requiere, pero también es necesario poder demostrar vínculos estables. En este sentido, lo normal es que cuando ambos deudores ganan lo mismo, la propiedad y el crédito quede a nombre de los dos, por eso es importante que exista una relación de confianza y duradera.
Una oportunidad para acelerar la compra de tu vivienda
Incluso si percibes ingresos bajos, puedes acceder a proyectos inmobiliarios de calidad superior y en excelentes ubicaciones complementando renta.
Solo como referencia, si tienes un salario de $800.000, tu capacidad de endeudamiento sería de aproximadamente UF 1.500. Al complementar renta con alguien en similares condiciones que las tuyas podrías acceder a un crédito de UF 3.000, lo que te permitiría adquirir una vivienda de aproximadamente UF 3.750 (considerando el 20% del pie).
Ahora bien, es importante considerar que cada entidad financiera tiene sus propias políticas para gestionar Créditos Hipotecarios con codeudor, por lo que es indispensable que te informes detalladamente para así optar por la alternativa que mejor se adapte a tus necesidades.
Por supuesto, hay aspectos que necesitas evaluar antes de tomar una decisión, como tener un vínculo realmente estable con el codeudor. No obstante, también es posible especificar durante el proceso cuál será el porcentaje de repartición de la propiedad, con lo cual se establece una especie de sociedad civil entre los involucrados que te ofrece un respaldo adicional.
Por otra parte, si en algún momento quieres que la propiedad quede solo a tu nombre, el crédito se puede modificar demostrando que ya tienes la solvencia necesaria para hacer frente al compromiso de pago por tu cuenta.
Como puedes ver, se trata de un modelo bastante flexible que puedes adaptar a tus necesidades y que expande tus opciones de financiamiento a la hora de adquirir una propiedad.